sábado, 30 de marzo de 2013

Tipos de madera




La madera es la materia prima que más ha explotado el ser humano desde la Antigüedad. Se obtiene de los troncos de diferentes especies de árboles, y sus aplicaciones principales son la construcción, decoración de interiores, fabricación de mobiliario y enseres, embalajes, etc.  









Según su dureza, la madera se clasifica en:

Maderas duras: son aquellas que proceden de árboles de un crecimiento lento, por lo que son más densas y soportan mejor las inclemencias del tiempo, si se encuentran a la intemperie, que las blandas. Estas maderas proceden de
CARACTERÍSTICAS EXTERNAS DE LA MADERA


La característica externa de la madera constituye un factor muy importante puesto que influye en la selección de esta para su empleo en la construcción, ambientación de interiores o ebanistería, ellas son:


El Color: es originado por la presencia de sustancias colorantes y otros compuestos secundarios. Tiene importancia en la diferenciación de las maderas y, además, sirve como indicador de su durabilidad. Son en general, maderas más durables y resistentes aquellas de color oscuro.

Olor: es producido por sustancias volátiles como resinas y aceites esenciales, que en ciertas especies producen olores característicos.

Textura: esta relacionada con el tamaño de sus elementos anatómicos de la madera, teniendo influencia notable en el acabado de las piezas.

Veteado: son figuras formadas en la superficie de la madera debido a la disposición, tamaño, forma, color y abundancia de los distintos elementos anatómicos. Tiene importancia en la diferenciación y uso de las maderas.

Orientación de fibra o grano: es la dirección que siguen los elementos leñosos longitudinales. Tiene importancia en la trabajabilidad de la madera y en su comportamiento estructural.




PROPIEDADES FÍSICAS


  árboles de hoja caduca, que tardan décadas, e incluso siglos, en alcanzar el grado de madurez suficiente para ser cortadas y poder ser empleadas en la elaboración de muebles o vigas de los caseríos o viviendas unifamiliares. Son mucho más caras que las blandas, debido a que su lento crecimiento provoca su escasez, pero son mucho más atractivas para construir muebles con ellas. También son muy empleadas para realizar tallas de madera o todo producto en el cual las maderas macizas de calidad son necesarias.
      Ejemplos de maderas duras:

Roble: Es de color pardo amarillento. Es una de las mejores maderas que se conocen; muy resistentes y duraderos. Se utiliza en muebles de calidad, parqué...


Nogal: Es una de las maderas más nobles y apreciadas en todo el mundo. Se emplea en mueble y decoración de lujo.


Cerezo: Su madera es muy apreciada para la construcción de muebles. Es muy delicada porque es propensa a sufrir alteraciones y a la carcoma.



Encina: Es de color oscuro. Tiene una gran dureza y es difícil de trabajar. Es la madera utilizada en la construcción de cajas de cepillo y garlopas.
Olivo: Se usa para trabajos artísticos y en decoración, ya que sus fibras tienen unos dibujos muy vistosos, sobre todo las que se aproximan a la raíz.




Castaño: se emplea, actualmente, en la construcción de puertas de muebles de cocina. Su madera es fuerte y elástica.

Olmo: Es resistente a la carcoma. Antiguamente se utilizaba para construir carros.


Maderas blandas:

El término madera blanda es una denominación genérica que sirve para englobar a la madera de los árboles pertenecientes a la orden de las coníferas. La gran ventaja que tienen respecto a las maderas duras, procedentes de especies de hoja caduca con un periodo de crecimiento mucho más largo, es su ligereza y su precio, mucho menor. Este tipo de madera no tiene una vida tan larga como las duras, pero puede ser empleada para trabajos específicos. Por ejemplo, la madera de cedro rojo tiene repelentes naturales contra plagas de insectos y hongos, de modo que es casi inmune a la putrefacción y a la descomposición, por lo que es muy utilizada en exteriores. La manipulación de las maderas blandas es mucho más sencilla, aunque tiene la desventaja de producir mayor cantidad de astillas. Además, la carencia de veteado de esta madera le resta atractivo, por lo que casi siempre es necesario pintarla, barnizarla o teñirla.

Ejemplos de maderas blandas:

Álamo = Chopo: Es poco resistente a la humedad y a la carcoma. En España existen dos especies: El álamo blanco (de corteza plateada) y el álamo negro, más conocido con el nombre de chopo.


Abedul: Árbol de madera amarillenta o blanco-rojiza, elástica, no duradera, empleada en la fabricación de pipas, cajas, zuecos, etc. Su corteza se emplea para fabricar calzados, cestas, cajas, etc.

Cedro: Son árboles de gran tamaño, de madera olorosa y copa cónica o vertical, muy utilizados para ornamentación de parques.  Su madera tiene la cualidad de ahuyentar a insectos y gusanos, y un olor peculiar. Pueden vivir más de 2000 años.


Abeto:  La madera de la mayoría de los abetos se considera inferior y a menudo es utilizada como pulpa en la fabricación de contrachapados y en la construcción. Debido a que estas especies no tienen cualidades de resistencia a los insectos o a la putrefacción después de ser talados, se dedica generalmente a la carpintería interior, como puertas o marcos de puertas.




Pino: Es un género de plantas vasculares (generalmente árboles y raramente arbustos), pertenecientes al grupo de las coníferas y, dentro de éste, a la familia de las pináceas. Existen alrededor de 110 especies de pino en el mundo. La madera de pino es de las más utilizadas en trabajos de carpintería por lo que tiene múltiples aplicaciones. Se suele empelar para fabricar muebles, estructuras para interior o exterior, tablones y chapas decorativa



Cuidado de la madedra

Mantenimiento de la madera. LasurCuántas veces habré escuchado la frase “no quiero madera en el jardín que luego hay que mantenerla”. Quizá se deba a una leyenda urbana propiciada para desplazar a la madera del mercado en favor de otros materiales como el aluminio. No digo que el aluminio sea un mal material, pero al igual que ladrillos y pintura en fachadas, envejece.
Sin embargo a la madera, ese envejecimiento le otorga un aspecto rústico, pero no pierde atractivo en el jardín, le ocurre como al vino.
 
Sí que es verdad que durante mucho tiempo no hubo protectores adecuados para la madera de exterior, se utilizaban barnices empleados para proteger a la madera en interiores y lógicamente no valen. Se cuarteaban con sol y bajas temperaturas, y a las primeras de cambio teníamos la madera sin proteger y con un aspecto, no nos vamos a engañar, feo.
 
La revolución en los protectores de madera viene de la mano del lasur, es un barniz de poro abierto que penetra en la superficie de la madera sin formar la clásica película brillante de los anteriores barnices. Impermeabiliza a la madera y tienen la gran ventaja de que tan solo hay que volver a aplicarlo más o menos cada 5 años, y además se aplica directamente sobre el anterior tratamiento, nos podemos olvidar de lijar. ¿Cuántas cosas conocemos dentro de la casa o en el jardín que requieran un mantenimiento cada 5 años?, creo que ninguna.
 
El lasur está recomendado en maderas blancas, son maderas que no tienen ningún tratamiento con autoclave. Es muy habitual que pérgolas y porches se construyan con madera laminada de pino o abeto, es en estos casos cuando debemos conservar la madera con lasur.
 
En maderas tropicales la situación es diferente, requieren la aplicación de aceites para que no pierdan su color natural. Cuando dejan de estar protegidos se vuelven grises debido a la oxidación de su superficie, pero no significa que la madera esté dañada. No pierden su resistencia estructural. Si nos hemos olvidado de aplicar aceite conforme a las recomendaciones del instalador, y queremos recuperar el color natural de la madera, deberemos lijar la superficie oxidada y volver a aplicar el aceite protector. Tendremos de nuevo nuestra tarima de exterior como si fuera el primer día.

Ventajas de la madera



 Buena madera, buen oficial espera


Rodearse de madera en la vida cotidiana permite disfrutar de un mayor confort. 



Te protege del frío y del calor

La madera es un material de baja conductividad térmica, lo que hace que resulte agradable al tacto, fácil de adaptarse a él y  evita las pérdidas bruscas de calor mientras está en contacto con la piel. Esto es importante porque un descenso acusado de la temperatura de los pies puede provocar resfriados.

Por ello, el empleo de madera en el hogar se convierte en una de las medidas más sencillas de prevención del catarro común. Durante la fase en la que los niños gatean y aprenden a andar, la mayor parte del tiempo el bebé está en contacto directo con el suelo, lo que significa que una parte del calor corporal se transmite al material, con la consecuente pérdida de calor en las extremidades.

La madera, al ser un material con bajo coeficiente térmico, no absorbe tanto calor como lo harían otros materiales, por lo que contribuye al desarrollo psicomotriz saludable de los niños.

Te aísla del ruido


Otro factor que determina la salud de un entorno son sus condiciones acústicas. En un espacio interior con madera el tiempo de reverberación es controlado y mejorado, lo que aumenta la inteligibilidad del hablante y evita que el orador eleve y fuerce la voz, lo que podría ocasionarle dolores de cabeza, pérdida de concentración, ansiedad e irritabilidad. De ahí que la madera sea el material más usado en todo tipo de auditorios.
 El ruido y el sonido influyen directamente en nuestro comportamiento y en nuestro estado de ánimo, pues su presencia excesiva puede provocar estrés y otras molestias. Por este motivo, resulta importante permanecer en entornos libres de ruidos molestos, sobre todo cuando dormimos.
 Los entornos de madera, por sus propiedades acústicas, y las ya mencionadas de confort térmico, mejoran la calidad del sueño y reducen el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.


Regula la humedad


La madera cuenta con propiedades higroscópicas, es decir, absorbe humedad del ambiente, lo que permite regular la humedad relativa y la temperatura del entorno, creando ambientes templados, más cálidos en invierno y más frescos en verano. Asimismo, la madera limpia el ambiente y, al mantener unos niveles óptimos de humedad (entre el 40% y el 60%), no sólo aporta bienestar, sino que disminuye el riesgo de sufrir infecciones o reacciones alérgicas. Esto es debido a que los ácaros proliferan en ambientes templados con una humedad relativa elevada (por encima del 70%), por lo que los entornos de madera limitan su presencia.

Otras ventajas para tu salud 

El color, la textura y el ambiente de una estancia influyen en nuestro comportamiento, por eso reaccionamos de manera diferente dependiendo de la experiencia sensorial que nos aporten los elementos decorativos y los objetos de un lugar. Si la habitación está revestida con paneles de madera nos proporciona estados de ánimo que reducen la sensación de depresión. En este sentido, los ambientes en los que se encuentran elementos de madera los percibimos como espacios naturales, relajantes y tranquilos.

Además, diversos estudios han demostrado que realizar ejercicio físico en pavimentos de madera reduce considerablemente el número de lesiones, ya que este material posee un coeficiente de fricción adecuado y una capacidad de absorción de impactos superior a otros materiales.

Por todos estos aspectos, podemos afirmar que consumir productos de madera ayuda a mejorar nuestro bienestar y nuestra calidad de vida. Gracias a sus numerosas propiedades, este material está llamado a convertirse en nuestro aliado más saludable